LA FIESTA

LA FIESTA

jueves, 21 de enero de 2016

EL CORSÉ DE LA REINA

Hay unas figuras en la Historia, que además de figuras históricas eran unas figuras desde un punto de vista físico. Figuras enormemente gordas  y que nos llaman mucho la atención no solo políticamente hablando, que también, sino en otro aspecto, su aspecto.  Me refiero a dos mujeres que compartieron siglo, ambas reinas titulares, no consortes, y ambas, gordas, gordas. Como imagináis me refiero a la Reina Isabel II de España y a la Reina Victoria de la Gran Bretaña e Irlanda. Muy tremendas.




Hoy me voy a parar en la primera, Isabel II. 
Siempre fue regordetita y graciosilla, pero con el paso de los años se fue convirtiendo en ese pedazo de mujer que, no obstante, cosechó numerosos amantes. A la pobre la habían casado con su primo carnal Francisco de Asís, Paquita Natillas, como lo llamaban, que era pelín blando. Corrían unas coplillas por Madrid que decían: "Isabelona tan frescachona y Paquito tan mariquito". Y otras que decían " Paquito Natillas es de Pasta Flora  y mea en cuclillas como una señora". En definitiva, que para una señora tan acalorada, con su primo y marido, poca historia. Así que tuvo amantes para parar un tren, el General Serrano, Arana, también conocido como el "Pollo Arana" y a quien se le atribuye la paternidad de  la Infanta Isabel "La Chata", Puig Moltó, a quien se le atribuye la del rey Alfonso XII, y otro tantos a los que se les atribuyen otras tantas paternidades.
En definitiva, fue engordando y engordando. A los 37 años, en 1867,  le hicieron el retrato de arriba.  Pero cuando era más jovencita y más delgada, en 1852,  después de nacer la Infanta Isabel, tuvo un atentado. Se salvó de la muerte  gracias al corsé que llevaba y que iba tan armado de telas y ballenas que impidió que el estilete que le clavó el autor,  llegara a afectarle algún órgano vital. Más abajo veremos la foto del corsé,  que se encuentra en el Museo Arqueológico de Madrid. 
Es interesante ver como es el corsé, sobre todo para las que nos gusta todo este rollo de costuras, telas y cosas de estas. No le falta un detalle. Y se puede ver aún  el rastro del atentado en él.
Por cierto el autor del intento del regicidio fue el Cura Merino, que era de Arnedo. Este hombre de ideas liberales, un poco trastornado y tirando a energúmeno, hartísmo de los moderados que gobernaban en ese momento y de la Reina,  a quien atribuía una gran parte de los males que asolaban España (y cuando no es fiesta), decidió llevársela por delante. Entró en Palacio amparándose en que iba vestido de cura y en una de las galerías dio con ella y tachán, le clavó el estilete. No contaba con el magnífico corsé que llevaba Isabel
Ni que decir tiene que le apresaron y le condenaron a garrote vil. Y que a ella no le pasó nada más que el susto.




 Y esta es la historia del corsé de la reina.
No se si está expuesto o no. Lo preguntaré por si alguien se anima a ir a verlo. y ya os contaré.

1 comentario:

madame poulard dijo...

Q divertido!



A bientôt, Hasta pronto